viernes, 8 de julio de 2016

¿Por qué se levanta un monitor cada mañana?




Cuando llegamos al ecuador del campamento, los monitores, que no somos máquinas que llenes de gasolina y sigan funcionando, comienzan a sentir el cansancio en su cuerpo. Cada mañana cuesta más apagar el despertador, conseguir abrir los ojos es todo un sacrificio y ponerse la ropa se convierte en un ritual cargado de parsimonia y bostezos.  Cuando comenzábamos este bonito viaje juntos no éramos conscientes del trabajo que conllevaba. Sin embargo, hay algo dentro de nosotros que nos hace levantarnos cada mañana y bajar al patio con nuestra mejor sonrisa.

Los niños de nuestro campamento solo pueden describirse como “un regalo que Dios hace a cada monitor”. Gracias a ellos podemos soñar, ilusionarnos, emocionarnos y volver a ser niños por unos días. Creednos cuando os decimos que no estamos acostumbrados a disfrazarnos de indios, piratas o hadas cada día. Pero cuando lo que se pone en juego son los sueños de estos pequeños, el cuerpo saca fuerzas y continúa con esta enriquecedora labor.

Hoy queremos dar gracias a Dios por este maravilloso regalo. Por llenar de combustible nuestro depósito cada día y permitirnos volar en nuestro particular Nunca Jamás, al contemplar cada mañana su presencia en las caras de estos niños.   

Monitor Josemi.

1 comentario:

  1. Qué bonitas palabras de este gran monitor, Josemi, es cierto que cuesta madrugar pero la recompensa es muy buena porque como dices todo sacrificio se convierte en alegría que repercute en los niños que son muy cierto "un regalo de Dios".
    Gracias a todos los monitores y un aplauso fuerte.

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